Galletas y leche.

Todos los días con esa mirada perdida, guardando consonantes en sus ojeras, cariños en sus puntos al terminar oraciones, sus delgados pies asintomáticos, frío en su pelo a los hombros y sus grandes ojos que no me dejan dormir.

No debía de estar ahí, he caído de nuevo. un suspiro me traslada al pasado y me brinda un aliento de recuerdo. Es destello de un momento como mis 27 momentos favoritos.

Eres esa consonante que está de más porque no debería "envolverme" en sus silencios mas bien debería "volver" a tenerte en mis momentos. Eres quien coloca en mis frases finales dos puntos mas y no me dejas terminar.

Créeme cuando te digo que te quiero, porque es esa sensación inescrutable y un temer de que estés pasando por algo malo o que estés cansada.

De todos modos sabes que eres y siempre serás mi galleta favorita.

El observar el cuadro de la Mona Lisa y encontrarle después de admirar los detalles la sonrisa, como visualizar una película, se detenga en una escena y no puedes darle PLAY a la imagen para que corra de nuevo, simplemente porque nunca permitiste que esa película pudiera continuar.

Es como tomar una fotografía en una cámara analógica y no poder saber como te quedó la toma hasta que reveles el rollo y encontrarte con manchas blancas en ella. Eres ese espacio entrañable, y también eres la cómplice de todo esto.

Y a mí que siempre me dio pereza la historia de Doctor Jekyll y Mister Hyde, entre pereza y escalofríos.

Ya ha pasado mucho tiempo desde aquella noche que regresé en la madrugada a la ciudad, cuando manejé con un pez, unos cuántos billetes y las decisiones en la mente, cuando te regalé pedazos de alma.

Quiero mirarte a los ojos el día de hoy, decirte cuánto te quiero. Señalando que siento escuchar tu voz y queriendo que me inventes un final.

Una tortuga lentamente me dijo que la distancia no es cansancio, es fuerza, eres tú. Puedo abrazar el miedo con tus sueños, animarte cuando quieras, hacer que te sientas mejor simplemente para que nadie te haga daño

lo haría hasta desintegrarme.

Vienes desde allá y sentado en mis anacronismos de metal puedo verte, parece que puedes ver a través de mi, muriendo de a poco.

Cuando te sientas abajo, sientes que el silencio de embriaga o sientas que quieres gritar al mundo y no encuentras palabras, colgando los ojos por la ventana y desvelando al corazón:


aquí estoy


Si tu quieres te cambio mi vida entera por una de tus madrugadas.

Te regalo toda la luz que puedes ver de la luna en las noches.

Te puedo ofrecer mi pasado, mi fortuna, mi presente, mi razón.




No es que sea un pesimista, triste y depresivo, pocas veces también soy sonrisa y voluntad


algo que de las pocas veces que lo soy, siempre eran y son para ti.




















Comentarios

Fernando Arellano