Días del Deseo, sombra de desvelos

Por las mañanas, aquellos instantes de recorrer la soledad de la habitación y a esas horas del desayuno frente a la silla vacía de dilemas normalmente pienso en ti:

Aunque no te vea, aunque no estés, las fotografías tuyas en mi cerebro revoloteando como mariposas me dejan estúpido; cada minuto es una situación que me aísla de la realidad y me conecta casi inconscientemente con tu pensamiento.

Pienso en ti, aunque no me creas, solo aprendí a verte de lejos y contemplarte cerca de mí.

Sin poder abrazarte..  sin poder morder tu alma y no te miento, solo sé que te quiero, por eso estoy ausente de ti y me pierdo en lo que callas.

Descubro algo entorpecido por las horas que no nos hablamos. 

¿Sabes?, en la rutina de cada día pienso en ti...

He visto mis ilusiones tocarte los labios, las manos y hasta he sentido que me llamas cuando veo tu rostro en el techo, me encuentro, la música hace énfasis en mis oídos y me hundo solo para verte llorar en las nubes llevándote mi presencia.


No sé lo que llevas dentro..


Un misterio; solo me perdí en tus cosas tiernas y en esa sensación de amor frágil o tal vez en un temor que no defino bien, el vértigo de los silencios simples comoo muestra de este sincero, pero crudo querer de ti.

Pienso en ti, cada mañana, cada tarde, te sueño, se convirtió en la musa que envuelve al alma y la lleva al mundo tétrico de las cosas que me dejan sin aliento.


Te pienso


Solo déjame pensar en ti y no me digas más qué hacer..


Que cuando te pienso me siento bien,


encuentro en ti ese detalle que me hace tan feliz, te adoro.


Observo todo.


Te observo;


tu forma de reír, la forma de tus labios


me imagino la forma de sus hombros,


tu nariz, tus manos y pies


y tus ojos para mí son


Un reencuentro.


Te observo y obsesivamente observo.


Observo según tu latido.


Y continuo adorándote.





Pero.. 




Por las noches dejo que mis sombras salgan;




Y así sea un alba acariciando su silueta dormida al par de mis entes

 

Verás la luz de mi día brillante y nuevo cruzar tu cuarto


para enredarse con desvelo a los pies de su cama.


Pero en el raro caleidoscopio de las virtudes grises de mi ausencia,


los ¨duerme bien¨ que te acunan cada noche..



te dirán con toda sinceridad que no son mis manos las que pintan como


tizne gris en su piel la suavidad de mis deseos.



Y verás una sombra..


una muy grande guiarte a un sendero sin regreso


y sentirás tus manos rozar con con algo cálido


un suave respiro en tu cuello y unas yemas de los dedos


acariciando suavemente tus pezones hasta erizarlos


pasar por tus labios, tu pelo y terminar a tus pies.


Verás colores, mezclados y brillantes entre tus piernas,


pero sin la repentina calidez que tomaban las heridas abiertas


verá al ente consumir las lagrimas que pesan de su dulce voz


y de sanarlas con cotidianidad a plenilunios de madrugada


la siguiente oración tuya no estarás escuchándome por las caricias,


y la repentina sensación que dentro de las sombras está a salvo


llegan otras más violentas y algo bruscas, y la llevan a otro lugar..


distinto, diferente, pero nunca al mismo.




Verás mil cosas, cosas que no verías jamás conmigo.


Y tal vez te sean suficientes para hacerte creer que me olvidaste,


sin que sepas que aún habito ahí, en tus sueños.


Y verás mi sombra una noche junto a tu cama..


pero será, solo será, mal que te pese


una sombra más:



Se deslizará por debajo de tu ropa interior


tocará tu sexo hasta que empieces a sudar incógnitas


la misma sombra te verá sentada en el suelo, postrada en su cama


viendo como ardes lentamente entre tus respiros agitados 



admirando tu espalda arqueada, es la más bella obra de arte


seguida de tus ojos entrecerrados y tu cuerpo perdido.



Continuará surcando las olas de tus pechos,


coronándolos de placer puro 


Entre besos y mordidas de algodón oscuro


transpirando deseo y amor alterando sentidos.


Olvidarás cerrar el grifo de la bañera..


La espuma artificial inundará el salón de tu sexo


navegaré usando mi lengua para estremecer mis sentidos.



Y, mientras tu piel se adapta, será mi mano la que tome el poder


bajando, sin cesar el ritmo embriagando mis sentidos de ti


hasta donde no encuentre límites.


Juro que lo haré con las cortinas cerradas


desearía estar ahí para arrancarte un suspiro, sólo uno


hermoso y prohibido, que a veces me ahoga


y otras me salva, en la amargura del olvido,




en los días de deseo




La sombra en los desvelos.











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Fernando Arellano