El niño que vio pasar su vida en navidad

En algún lugar del mundo, o en la esquina de algún lugar

normalmente algo ebrio y confundido, trasnochado de albures

como piedra al fondo del mar, escuchando algas que gritan

¨ Ya no mueras tanto, si sigues así tu barco no va a zarpar ¨

y es que las mismas líneas que surcan los planos blancos

de estas mismas tristezas de siempre, pero cansadas de 

decir que siguen cansadas dentro de el cliché atónito

de este cuerpo que siento cruje al pasar de los años...

de este barco que lento y borracho, se pierde al unísono

entre canciones de blanco y negro cantadas por personas muertas,

poder justificarme al decir tener ¨flojera¨ de poder recuperar

desaparecer de todos lados para sentirse mejor:


yo de verdad me perdí con la esperanza de que me encontraran


y la sorpresa fue


que nadie me salió a buscar..


salí de casa en pijama con el pecho abierto y dejé salir al 

pequeño pájaro azul fuera de la jaula, dejé que saliera un rato

y todos se burlaron de mí haciendo ruidos de dinosaurio..

y aquí estoy, escribiendo con resaca queriéndome perder

otra vez, como un mago todos los fines de semana que se

va un viernes y aparece un lunes común por la tarde,

tan común como un teporocho en corazón de ciudad

o el hijo del vecino con aliento a pesar, de todos los cigarros 

¨que me fumo¨ (Qué barbaridad) saliendo a pasear al perro diario

viendo cómo hasta él quiere dejar su rastro en este mundo por todos

lados


Los coches son un río ahora, como luces en arbolitos de navidad

y la rutina forma una visión mayor más allá de sólo levantarme

temprano para salir a fumar un cigarrillo y ver cómo los pájaros

hacen algún tipo de nido en el árbol del vecino, mientras pasan las

motos con los pedidos matutinos de todos los días de la semana

pero inevitablemente entre el sabor del tabaco sé que me voy a perder

cuando las nebulosas de tus hombros quemados se reían discretamente

en esta estación del tiempo he decidido rodar al norte de nuestra

soledad, hey soledad ya me cansé de decirte que me dejes sólo

esta vez sólo me dice que su viaje se alarga más y más,

contando esta aventura de un puerto quebrado cerca de ballenas

y una cruz al hombro.. 

sin rabia ni amargura..

vacío como el hueco del mundo sin música ni luz, el calendario arroja

los números del año sobre el filo de antier, más vueltas a los cielos

las nubes que pasaron en el mes, más los rieles de los trenes que

crucificaron a marcha forzado por esta sed que volvió con fuerza,

todos los clavos del ayer


A esta hora de la noche, ¿Quién prendió el televisor? 

por culpa suya esta madrugada me encontré, pero el futuro era de ayer

y me digo a mí mismo, 

ponte a trabajar 

ya deja de tomar,

y olvídate de la navidad.. 

porque mi obra no tiene

dónde volver, hacer

nada por mí


y es verdad, no supimos

si reír como lo harías en abril.















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Fernando Arellano