Me gusta imaginar..

Me gusta ducharme después de un largo día..
(a mí me gusta el agua más caliente que fría)
imagino tantas cosas mientras lo hago.

Imagino su rostro siempre suave y tranquilo..
viéndome mientras el agua cae por mi espalda
y ella me lava primero..
me extiende el jabón por las piernas
me extiende el jabón por el pecho
hasta bajar a la pélvis
los levanta con suavidad
los aprieta, los acaricia
luego acaricia el glande con sus finas manos:
“¡oye, esto sigue duro!”
luego me lava el vello de ahí abajo,
la barriga, la espalda, el cuello, las piernas,
mientras imagino sonrío,

yo sonrío.

Y después la lavo yo a ella...
primero la vagina, lentamente..
me pongo detrás, mi polla en sus nalgas
moviendolo suavemente, arriba y abajo..
suavemente enjabono los pelos del púbis,
lavo ahí con un movimiento suave
tal vez me detenga más de lo necesario...
imagino su sonrisa mientras el agua caliente
nos enfría a cada gota que recorre de nuestro cuerpo,
luego las piernas por detrás, por enfrente
la espalda, el cuello, la hago girar, la beso,
un beso largo y fuerte, que vea que estoy seguro.
Enjabono los pechos, sus areolas y masajeo
suavemente sus tetillas.

luego beso su vientre, el cuello, los tobillos, los pies...
y luego el coño..
una vez más, para que me dé suerte…

Imagino otro beso, imagino que está ahí y ella sale primero,
se seca, a veces canta mientras yo sigo allí..
pongo el agua más caliente
disfrutando el momento del milagro amoroso
luego salgo…
y es cuando ya no me toca imaginar.

normalmente es por la noche cuando me asecha
y todo está tranquilo, mientras hablamos puedo sentir
su presencia y su ente viéndome fijamente..
proseguimos a desvestimos con palabras
hablamos sobre qué otra cosa podríamos hacer,
pero el estar juntos lo resuelve casi todo..
en realidad, lo resuelve todo.

porque mientras esas cosas están resueltas
en la historia de un hombre y
una mujer, es diferente para cada uno
mejor y peor para cada uno…

para mí, es tan espléndido como para recordarlo
después de la marcha de los ejércitos
y de los caballos que pasan por las calles fuera
después de los recuerdos del dolor y el fracaso
y la desdicha:

Tú me has traído esto y
cuando te lo lleves,
hazlo lenta y suavemente..
hazlo como si estuviera muriéndome en sueños
en lugar de en vida, que espero
no pase jamás





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Fernando Arellano