Días de Mayo.

No puedo -Ni quiero- disimular que cuando el mes de mayo aparece me llegan unas sensaciones grabes. Cuando ya embocas el epílogo de tu existencia terrenal las fechas sentimentales configuran uno de los soportes donde poder librarte del naufragio(Oh querida Adis, ¿Tantos años ya han pasado?). Estoy enamorado de el mundo a través de los ojos de una mujer que ya no existe, pero uno crece y Cobra ya una vital importancia al no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Mayo va y viene dejándonos con sus sombras encaladas para poder resguardarnos de las luces del mediodía, viene a rendirnos cuentas con la vida, y sus circunstancias más bellas. Nos deja exhaustos y ebrios de radiantes amaneceres como en abril, pero lo compensa con otras cosas más. Por esta tierra el panteísmo se nutre de lo efímero y lo transforma en verdades eternas. Lo telúrico aquí se sustenta atrapado amorosamente entre la belleza, y las transformaciones sustanciales. Llegarán tiempos de desbandadas y ausencias temporales, los amaneceres de sol radiante y las noches de plenilunio marcarán la frontera que nos introduce en la quietud de las cosas. Unos pisarán la orilla de los mares soñando con la Ciudad y otros pisarán el abrasador asfalto soñando con las olas de los mares.  Mayo se nutre de lo vivido para arrojarnos en brazos de un nuevo tiempo por vivir. Aún recuerdo cuando nos hablaban desde la incuestionable razón que da la sabiduría de los años vividos y sobre todos estos consumidos, pero no tienen que ver los años, es cómo los vives. Los años pasan y me están metiendo en más problemas que cuando era pequeño, pero, el presente se nos escapa de las manos como el agua de la lluvia o la arena de la playa. El pasado ya no cuenta y el futuro no existe todavía. Tenemos, a ciertas edades, como  único tiempo palpable y tangible el presente más inmediato. Más que hacer planes con nuestra vida es la vida en si misma la que hace planes con nosotros, y con los días de mayo.

¨Bosque de la ciudad¨

Mazatlán, Sinaloa