Primeros soplos de junio.
Remolonea la tarde de este viernes con tal de no perderse en las tinieblas de la última noche. El sol se cruza en el horizonte con la luna que llega desde el Aljarafe para quedarse 30 días más, como el eterno relevo que cantaba Bob Dylan ¨The answer my friend, is blowin´ in the wind¨.
El cielo está inmaculadamente limpio. Luce sus mejores galas de atardeceres donde el universo equilibra armoniosamente su paleta de colores en el total lienzo blanco de junio. Es una tarde de esas donde el incipiente verano se manifiesta con todo su esplendor.
De primera se van haciendo los días cortos a cuanto más tarda el ingreso a la universidad, son cosas de Junio. Los preámbulos de los días calurosos que están por llegar. Junio avanza imparable hacia un mundo onírico donde los sueños dejan de ser sueños para convertirse en realidades, como me lo dijo un señor sabio hace unos días atrás: ¨Las cosas son hoy y deja los sueños como lo que son, el ayer. No mañana, no hoy, ni dentro de unas semanas, la vida son sueños que ya han pasado, tú tienes el sueño de algo cuando lo deseas, desear es soñar y el sueño que se hace realidad mi estimado joven amigo, es el ayer¨ me lo dijo con una sonrisa prácticamente de sinceridad.
los días de junio son los que no quieres que terminen, la casa y la calle se complementan en una paz donde las cosas adquieren su justa dimensión. Es de esas tardes que uno, vanamente, quisiera hacer eternas. La televisión duerme en su pantalla con la negrura de la desconexión pasajera.
En fin, me siento con un vaso de leche enfrente de la pc y tecleo estas breves líneas para dejar un breve pero sentido testimonio de esta tarde de Junio. Dentro de muy poco la noche se apoderará de la casa y de la calle, en sí de la oscuridad misma y se encenderán artilugios luminosos callejeros o caseros. El almanaque nos dirá que se está terminando un nuevo día. Mañana ya será otro día y todo volverá a empezar de nuevo, en estos pequeños soplos de junio.
El cielo está inmaculadamente limpio. Luce sus mejores galas de atardeceres donde el universo equilibra armoniosamente su paleta de colores en el total lienzo blanco de junio. Es una tarde de esas donde el incipiente verano se manifiesta con todo su esplendor.
De primera se van haciendo los días cortos a cuanto más tarda el ingreso a la universidad, son cosas de Junio. Los preámbulos de los días calurosos que están por llegar. Junio avanza imparable hacia un mundo onírico donde los sueños dejan de ser sueños para convertirse en realidades, como me lo dijo un señor sabio hace unos días atrás: ¨Las cosas son hoy y deja los sueños como lo que son, el ayer. No mañana, no hoy, ni dentro de unas semanas, la vida son sueños que ya han pasado, tú tienes el sueño de algo cuando lo deseas, desear es soñar y el sueño que se hace realidad mi estimado joven amigo, es el ayer¨ me lo dijo con una sonrisa prácticamente de sinceridad.
los días de junio son los que no quieres que terminen, la casa y la calle se complementan en una paz donde las cosas adquieren su justa dimensión. Es de esas tardes que uno, vanamente, quisiera hacer eternas. La televisión duerme en su pantalla con la negrura de la desconexión pasajera.
En fin, me siento con un vaso de leche enfrente de la pc y tecleo estas breves líneas para dejar un breve pero sentido testimonio de esta tarde de Junio. Dentro de muy poco la noche se apoderará de la casa y de la calle, en sí de la oscuridad misma y se encenderán artilugios luminosos callejeros o caseros. El almanaque nos dirá que se está terminando un nuevo día. Mañana ya será otro día y todo volverá a empezar de nuevo, en estos pequeños soplos de junio.
¨Pequeño¨
Mazatlán, Sinaloa.
(Foto tomada con un new 3ds)
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