Buenos días, Julio

Abre julio su ventana y los calores inmisericordes se adueñan de la ciudad. Amaneceres un tanto hermosos con despertares somnolientos y olores a la típica leche con chocolate por las mañanas. Calles recién regadas por mangueras de pipetas de agua no potable prestada por el vientre de las alcantarillas mazatlecas. Un julio en el almanaque de la Historia más cruenta y preámbulo de una Guerra entre hermanos de un terruño a la postre teñida de sangre. Mes de julio de Cines de Verano perfumados con los aromas de las playas (¡que nombre más hermoso para definir un olor!). 

Coleccionamos objetos y emociones para dejar constancia de nuestro paso por la tierra. Empieza el julio de helados todos los días y ya podemos constatar que la primera mitad del 2017 está ya finiquitada. ¡Como pasa el tiempo!  Estamos ante un mes donde la ciudad se retroalimenta de la imprescindible sombra diurna y las más que previsibles noches de insomnio.

Reconozco que con el paso de los años he cambiado un julio tradicional de recuerdos imborrables de la niñez por un mes al que le tengo manía, Pararse a pensar despacio allí donde se duerme el tiempo entre el olor de la alhucema y el de las gomas de borrar en mis tardes de dibujo.

Disfruten cuanto puedan y sean ¨felices¨ que es lo único que verdaderamente importa. Nos vemos en las próximas semanas con tópicos emocionantes si así lo quiere mi insomnio.




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Fernando Arellano