Sueño de los justos.

Volví a la página de ser yo y el mirar por la ventana con esos sueños color azul.

¿Cuántas veces tengo que recurrir estos versos?

Con los ojos vendados y nada me hizo más feliz que tomar otra taza y no voltear la página, secar tus lagrimas mientras me veías girar.

Pero son mis anacronismos y los tuyos, regañarte por las tardes y recordarte cuánto te amo, aunque no entiendes mis canciones de amor, sé que son tontas pero a mí me gusta así.

No necesitaba que cambies, o que me des las buenas noches al dormir. Creo que buscabas una isla de paz, buscabas alguien como yo pero no era yo a quien buscabas tú... de todos modos me he dado cuenta que cualquier persona te hubiera resultado igual a ti.

Tomaste la salida fácil, pero prefiero decirlo ya; hay tantas cosas que explicar, que no hay prisa de llegar... 

Aquí estoy... dime

¿Dime qué se siente ser tú?

¿Dime qué se siente llorar?

¿Dime qué se siente soñar?

¿Dime qué se siente recordar?

A alguien que ya no vas a olvidar, que ya no podrás borrar.

Que el crecer es darte cuenta que es tu culpa, que todo estará bien, que no cometas el mismo error, que seas sincera y que ojalá llegues a madurar.

Cuándo vas a entender que sin figuras paternas yo traté de dar todo por ti, seguir ahí y lo tomaste a juego siempre fue así, cuántas veces te haré a entender que estas sola en la vida y que tus sueños desde que te perdí se quedaron en la orilla.

¿Cuántas veces deseaste morir? la salida de cobardes, la salida fácil. El silencio es gratis.

¿Cuántas veces te dije que jamás te dejaría? y cuántas veces dijiste que a mi corazón alegrarías...
Que jamás estaría sólo, que de nadie más eran esos gestos, todas las noches que te dije mil palabras a tus ojos y contestabas un silencio y yo murmurando a lo lejos que no estaba bien.

Es fácil comprender porque estoy triste, si lo más importante que tenía en mi vida decidió rendirse sin dar lucha alguna.

No engañaba a nadie más que a mí, me inventé ser fuerte tanto tiempo tratando de ver con seguridad que no te habías cansado. 

Es justo, valiendo la redundancia, que el justo sueñe. Soñar, aparte de necesario, es muchas veces imprescindible. No la ensoñación del bobalicón que mira la luna mientras no se percata de que le están robando la cartera.

Cuando ya se lo han llevado casi todo, que no nos quiten también la capacidad de soñar. Los flamencos de Utrera sueñan con Lebrija y los de Lebrija viven soñando con Utrera, como yo soñaba con que algún día tomaras seriedad en nuestros asuntos para poder dar el siguiente paso.

Sueña el pato silvestre con ayudar en el aire a la cigüeña que porta niños en su pico. Soñando está el enamorado con pillar a su amante al resguardo de un pajar. Sueño esos días que estabamos en la casa viendo películas de disney y abusabas de mí por no dejarme ir por una cobija.

Sueña el enfermo con la salud perdida y sueña el verso suelta en verse atrapado amorosamente en un poemario. “Eres el triste palacio / donde cien príncipes soñaron con la gloria / donde cien reyes soñaron con el amor y se despertaron llorando”.

¿A dónde vamos? nos vamos lentamente y queremos tanto que no logramos dejar de ver.
Recuerdas ese camino que nos lleva a algún lado.

¿Soñamos para eludir la realidad de realidades o para vivir con un plus sentimental? ¿Qué son las Artes y la Cultura más que una hermosa y palpable posibilidad de soñar?

Soñar, soñar, soñar....

es gratis y, además, necesario.

El sueño de los justos cruzando la barrera de los tiempos....


”y los sueños, sueños son”.







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Fernando Arellano