La mujer cansada de ausencias: Alejandra Pizarnik

“En el eco de mis muertes / aún hay miedo”

Podríamos afirmar que Alejandra Pizarnik es nuestra poeta maldita.. lo es al menos para mí.

Siempre se me hizo tonto el término ¨crush¨ definiendo a un amor imposible.. pero a estos extremos le lloro letras en sus poemas.

Siempre lidiando con los fantasmas del caos. Niña border y seductora. Ella misma escribe: “Mis contenidos imaginarios son tan fragmentarios, tan divorciados de lo real, que temo, en suma, dar a luz nada más que monstruos”.

En algún punto hace poco leí que Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik tuvieron una relación muy intensa..  No hay constancia de que hayan sido amantes; pero sí, amigos que se admiraban más allá de la literatura. La conexión entre ambos marca un hito en la literatura argentina.

Innovadora, algo rupturista y oscuramente misteriosa con un toque de trajín, la obra de Alejandra Pizarnik se mueve como un río caudaloso que siempre encuentra un nuevo cauce. Pizarnik responde sobre la condición de su género y sobre el aborto asumiendo una posición de rabiosa actualidad. Su obra entera cuestiona el modo en que el discurso heteronormativo produce identidades y segrega sujetos abyectos.

Dolor, miedo, desdoblamiento y muerte son puntos claves de una poesía enigmática, imitada y celebrada que se mantiene vigente a través de generaciones: un fuego que nunca se apaga.

Pero su potencia y su singularidad también tienen algo de intempestivo, presentan una cierta dislocación con respecto a cualquier tiempo, que es la condición de todo clásico. La propuesta estética de Pizarnik es una de las más rupturistas de la poesía de los 60 y los 70 y sin embargo no envejece como las vanguardias. 

Realmente su poesía es bella y perturbadora…creo que las mentes atormentadas habitan en sus poesías, las hacen dueñas de su vida, y Alejandra Pizarnik se enamoró de la muerte y se fue con ella, para sosegarse en ella…

Su inestabilidad emocional, la lucha interna con sus delirios, la puja surrealista de su literatura, su aversión a la política y la inconformidad con el mundo la llevaron a tener dos intentos de suicidio por lo que debió ser internada en un hospital psiquiátrico.

En su adolescencia el acné, el asma, el tartamudeo y una cierta tendencia a engordar la hicieron sentir eludida, a sentirse presa en su interior, llevándola a consumir anfetaminas, barbitúricos y otros estupefacientes.

La vida de Alejandra estuvo signada por la tragedia, cargaba en su espalda un sentimiento de extranjería, (hablaba el español con acento europeo) debido a que sus padres eran inmigrantes judíos, víctimas del holocausto que huyeron a la Argentina, el resto de familiares se radicó en diferentes países, la mayoría en Francia.

Está de más pensar que Alejandra vivió una vida tormentosa, además de que ella misma se hacía menos se perdió dentro de una lucha contra sus demonios, creo que más bien los encadenó y tiró la llave al mar junto  a ella con sus poesías.

Alejandra Pizarnik escribió en un pizarrón antes de suicidarse:

 ¨No quiero ir

 nada más

 que hasta el fondo¨

Alejandra fue víctima de los diferentes demonios que se escapaban de las mentes más perversas para anidar en la de ella y creo que todavía a estas fechas se mantienen muchos de esos demonios tristemente..

flotan buscando otras almas para habitar y permanecer anclados dominando letras.

Anna Becciú dijo sobre Alejandra: ¨Escribir poesía, ella lo supo bien, es una actividad peligrosa, uno se arriesga, arriesga su vida haciendo un poema¨

Cansada de ausencias..

Las princesas ciegas se abruman bajo la corona pesada de los muertos

La suicida de mis sueños...

La eterna cadencia.

Alejandra..












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Fernando Arellano