Entreteniéndonos hasta morir: Neil Postman

 “Muchas cosas han sucedido en este siglo 20´ y la mayoría de ellas se enchufan a la pared”


Postman y Weingartner 1972


Para Postman, ¨uno de esos aparatos que se enchufan a la pared¨ la televisión, transformó los valores epistemológicos y el discurso público de los estadounidenses. La televisión logró socavar la vida cultural de Norteamérica al derrumbar su forma de entender el mundo y reemplazarla por un vodevil como si fuera la década de 1930.

Postman decía que nosotros mismos hemos construido una sociedad pictográfica, lo que él quería era crear conciencia sobre la influencia que tienen los medios de comunicación (TV, Radio, Libros) sobre el contenido que están transmitiendo y su impacto en la aquella sociedad joven. Ya que en nuestro mundo que alaba demasiado la tecnología, hace que uno mismo acoja nuevas formas de comunicación sin realmente entender el impacto negativo o positivo que tienen en nuestras culturas, políticas, educación, religión, lo que se vuelve "importante" de comunicar en nuestra definición de lo que es la verdad. 

Su principal punto, que viene de su frase prestada de Marshal McLuhan, es que “el medio es la metáfora”. Dando a entender que el medio no solo determina el tipo de mensaje que es conveniente comunicar, sino que se convierte en nuestro “lenguaje”, el cual desarrolla nuestra forma de “ver” el mundo y por ende nuestras aspiraciones, ideologías, culturas, etc. 

Y para entender qué función metafórica tienen los medios de comunicación, tenemos que tomar en cuenta no solo la forma simbólica de la información (imágenes, colores, señales de humo, letras), sino que también “la fuente de la información, la cantidad y la velocidad de la información, el contexto en el que la información es percibida”, los algoritmos que califican el contenido, etc, y entendiendo esto podemos asumir el tipo de ideas que son favorecidas por estos medios. 

Así se vuelve mas fácil identificar el tipo de “ideología” que está detrás de las formas que se sienten mas “natural” de saber sobre el mundo. Y entender si esta forma de ver el mundo tiene más beneficios o consecuencias para nuestras vidas y/o sociedad.

El problema es que sólo se puede identificar hasta cierto punto y no saber más allá de, ya que antes teníamos una sociedad tipográfica

En la era de la tipografía es inteligente quien es capaz de permanecer inmóvil y concentrado mientras lee. La capacidad de abstracción para no ver letras sino el significado de las palabras que ellas forman, el asumir un estado de inmunidad ante la elocuencia, ir más allá del placer y el encanto de las palabras para prestar atención a la lógica del argumento, poseer el tacto para reconocer el tono y –por él– la actitud del autor frente al tema y el lector, poseer la paciencia para demorar el veredicto hasta el final de la exposición, la prudencia para reservarse las preguntas, a la espera de posibles respuestas; la capacidad para refutar lo leído, en comparación con otras experiencias; retener el conocimiento y, sobre todo, ser capaz de abstraer, dada la reducida cantidad de cláusulas que refieren imágenes concretas, son todas condiciones implícitas en el acto de leer. 

En la era tipográfica es estúpido quien no se queda quieto, quien sólo ve letras, quien no recuerda lo que abstrae; y se ofende con la amenaza de utilizar plastilina o colores para explicar las cosas.

No quiere decir esto que el escultor o el pintor sean estultos o que las culturas orales o electrónicas sean menos inteligentes que las tipográficas. No se trata de decir que el pensamiento analítico no existiera antes de la imprenta o después de ella; se trata de reconocer que hay un cambio en la estructura del discurso generado por el modo en que se emiten los contenidos, que por ello se privilegian ciertas funciones del intelecto y se favorece una definición específica de inteligencia.

Se trata, no de la capacidad de una mente individual, sino de la predisposición de una actividad mental cultural. Por esto, Postman no cae en el relativismo; para él, el juicio es claro: el conocimiento generado por la televisión, absurdo y de gran poder emocional, es inferior al de la imprenta, coherente y predeterminado para la revisión y el análisis crítico.

Vale la pena darle su tiempo a los libros de Postman. Ahora que vivimos en tiempos donde nuevos medios de comunicación son introducidos y alterados rápidamente, es más importante que nunca entender lo que implican.

El cambio del pensamiento tipográfico por la imagen anuló la coherencia lógica e instaló en su lugar un contenido emocional y fragmentado. Gracias a la TV el discurso en Norteamérica se tornó irrelevante, incoherente, impotente, La provocación de Postman está en la exclusividad en la que funda su análisis. Pero la conclusión esbozada arriba, y la presunción de que la causa principal es la televisión, bien podrían considerarse sólo un síntoma de la historia norteamericana.

¨una imagen vale más que mil palabras¨

El problema no es que la televisión sea entretenida, el problema es que la estructura del entretenimiento se salga de la pantalla y se extienda fuera de ella, y que las esferas de la realidad se introduzcan en la pantalla.

Lo anterior será desmentido y criticado a partir de las series que hoy hacen sentir que se está aprendiendo sobre ciencia forense, medicina o derecho, o canales que llevan en su nombre áreas del conocimiento que no se escuchaban desde el colegio.

Se dirá que hay otros medios que colaboran en las trasformaciones culturales, eso si se acepta que hay una transformación y que es causada por los medios. Pero no hay duda de que los niños hoy se mueven más rápida y fácilmente entre imágenes de videojuegos que entre ensayos y párrafos, y de que nadie aguanta un discurso de más de una hora sin un soporte visual.

Ya pocos toleran las exigencias impuestas por la imprenta, por lo cual se preparan más bien para trabajar con imágenes..





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Fernando Arellano