Carl Jung y la parábola del ¨ inteligente ¨

¿Por qué las personas muy inteligentes tienden a ser solitarias?

Antes de empezar a escribir no pienso tocar la vida y obra del médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Jung, porque sería un tópico bastante extenso y quiero tocar y establecer la total o parcial verdad de esta brusca pero empírica ¨afirmación¨ que, en efecto, atormentó a la largo de la vida de este autor ¿Las personas muy inteligentes suelen ser solitarias? Para poder responder esto primero hay que establecer (de una forma demasiado vaga..) qué es verdaderamente la inteligencia, y el cómo estas se separan de otras virtudes de la cognición como la sabiduría, la introspección o la razón.

Qué es la inteligencia

la definición semántica que nos da la Real Academia de la Lengua:  Es una definición poco precisa que alude a muchas otras cosas.

Quizá nos ayude mejor la explicación que tiene la biología, ya que esta define la inteligencia como la capacidad que nos permite adaptarnos a situaciones nuevas para sobrevivir y solventarlas con éxito.

Para la biología la inteligencia es un rasgo individual, distintas personas responderán de forma diferente ante una misma situación, pero, esta capacidad de adaptación quizá innata variará si tenemos una serie de conocimientos y herramientas previas que nos permitan solventar mejor esa situación novedosa.

La educación, el qué nos proporciona un conocimiento teórico, la experiencia, la cultura, la situación emocional… todo eso ¿no influirá también en nuestra respuesta?

¿Y qué hay del entorno? La situación cultural o social actual en la que nos encontramos, ¿influye en la respuesta? Lo que en un entorno parece una respuesta inteligente, ¿sigue siéndolo en otro entorno social diferente?

Dimensión de la inteligencia

Es bastante o mejor dicho, sumamente difícil definir esta dimensión humana que llamamos inteligencia. Creo que podemos partir de la base, en la que seguramente todos estaremos de acuerdo, de que la inteligencia es el resultado de los procesos mentales humanos y que depende del momento evolutivo de cada persona –de su neurodesarrollo–. 

Si aceptamos esto volvemos a los gráficos (que tanto me gustan) queda en claro cómo esos procesos mentales dependen de muchos factores, tanto biológicos como del entorno.

En términos más generales, se puede describir como la capacidad de percibir o inferir información, y retenerla como conocimiento para aplicarlo a comportamientos adaptativos dentro de un entorno o contexto. 

Esquematizando podemos decir que la inteligencia necesita de tres elementos:

la capacidad de adquirir conocimientos

los conocimientos adquiridos

y el uso que hacemos de ellos.

Partiendo de esto rápidamente vemos que el intento de esa hipótesis planteada es sólo parcialmente o si es que se puede llegar a verdad una total idea irreverente. Y es que cuando hablamos de inteligencia desde la academia muchas veces nos referimos más a este arquetipo del profesor distraído, el tipo de lentes gafapasta con su moño y sus sacos cafés, este individuo cuyo máximo interés es el análisis de pensamientos abstractos y epistemológicos, pero que en general tiende a ser un completo desastre en todos los otros ámbitos de la vida.

Teniendo en cuenta la vaga definición anterior de lo que es la inteligencia, en este arquetipo sólo cabrían aquellas personas cuya inteligencia esta mayormente relacionada a la capacidad lógica, que en su enorme mayoría son personas afines a las ideas abstractas pero epistemológicas o exactas como la filosofía o las matemáticas.

Esto no quiere decir que alguien cuyas virtudes intelectuales tiendan más a las dinámicas sociales no deja de ser menos o quiten el mérito al ser una virtud  de  alguien inteligente. Un claro ejemplo es el típico político quien de manera maquiavélica enamora a cada individuo involucrado en la jerarquía de poder con el fin de alcanzar sus objetivos personales o ideológicos este no deja de ser un genio, pero malvado. Así mismo quien goza de una gran facilidad y capacidad para comunicar o vender una idea/producto 

Diferencias crípticas

Autores como Carl Jung, quien también era psicólogo clínico, y que a lo largo de su carrera pudo estudiar el comportamiento de cientos de sus pacientes, mucho de ellos pertenecientes a la elite intelectual europea (señalo el gran peligro de abrazar esta idea en su totalidad) incluso cuenta como aquel quien analiza los pensamientos más abstractos, es también, quien debe de prestar más atención a la necesidad de participación en algún tipo de dinámica social, familia o amigos, con el fin de evitar una futura neurosis y disociación total de la realidad.

En el libro del mismo autor Carl Jung llamado recuerdos, sueños y reflexiones que Aniela Jaffé ayudó a escribir, Carl asegura sin más ni menos que esto pudo ser lo que habría llevado a Frederick Nietzsche a la locura, y que por el contrario él, al contar con una estructura familiar a la cual arraigarse en el día a día, garantizo que los profundos viajes del filósofo hacia su introspección puedan ser acompañados de un seguro camino de regreso a la realidad al tener una vida ordenada, con responsabilidades e interacciones sociales saludables.

Inconscientemente consciente

Jung registró sus enfrentamientos con el inconsciente en lo que se conoce como el Libro Rojo y los Libros Negros y, como señaló, el temor de estar "amenazado por una psicosis" era un compañero recurrente. 

Jung confió en la estabilidad de su vida en el mundo externo para asegurarse de escapar ileso de sus exploraciones psicológicas. 

“Era muy esencial para mí tener una vida normal en el mundo real como contrapeso a ese extraño mundo interior ... El contenido inconsciente podría haberme vuelto loco. Pero mi familia y el conocimiento: tengo un diploma médico ... debo ayudar a mis pacientes, tengo una esposa y cinco hijos ... estas fueron realidades que me exigieron y me demostraron una y otra vez que realmente existía ”.

Escribió Jung en su obra Recuerdos, sueños, reflexiones. Cuando por otro lado en contra parte dando un claro ejemplo Nietzsche no tuvo ni una fracción de la estabilidad o el éxito de Jung.

No tenía una carrera, un lugar en la sociedad, una reputación, amigos cercanos, familia propia ni esposa. Y así, existe la posibilidad de que, a diferencia de Jung, Nietzsche se perdiera en su confrontación con el inconsciente, y que su existencia solitaria fuera el suelo fértil del que brotó su locura. Por lo que, aunque puede resultar tentativo para el individuo intelectual moderno, aislarse para perseguir de manera egoísta sus intereses intelectuales y así mismo, evitar los inconvenientes y distracciones que dichas dinámicas pueden llegar a traer; esté debe poner su ego de lado y procurar las relaciones humanas con interés y diligencia, cultivarlas y entender que en ello también se encuentra un gran tesoro y belleza alejada del placer que cualquier ejercicio intelectual que puede realizar.

¨Mientras más listo eres, menos personas hay como tu¨

Así mismo, y como vimos en el caso del doctor Jung, una solución a esto sería el no solo buscar la compañía de aquellos a quienes se tienen accesibilidad para relacionarse, sino que también para alcanzar una mayor felicidad y sentirse más completo, el individuo inteligente está llamado a poner en la medida que le sea posible, sus capacidades cognitivas especiales al servicio sincero de la sociedad y de quienes lo rodean, solo esto le traerá un gozo completo y hará de la inteligencia un factor más secundario que primordial.

Esa falta de sociabilidad, puede comprenderse con la campana de Gauss; "mientras más listo eres, menos personas hay como tu" 

La mayoría casi siempre se relaciona con las personas con quienes se identifican, lo que provoca que los inteligentes tengan menos prospectos con los cuales  socializar. 

De igual manera, en el centro de la campana se encuentran las personas más "normales" y dado que ahí radica la mayoría de la población, suelen tener más prospectos para socializar.






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Fernando Arellano