Montañas púrpuras: la carta de suicidio de un judío plateado

Los muertos saben lo que hacen cuando dejan este mundo atrás.

Cuando el aquí y el más allá se alinean momentáneamente

Ver la necesidad de acelerar a la cabeza para declinar repentinamente

Y por mucho que nos gustaría agarrar el carrete y presionar rebobinar

O acelerar nuestra búsqueda de lo que estamos garantizados a encontrar

Cuando la muerte finalmente termine y el sufrimiento disminuya,

Todo el sufrimiento lo hacen los que dejamos atrás.


- Noches que no pasarán - Purple Mountains -


Este mes me empapé de las canciones de Silver Jews, y también las de otros músicos afines a esa actitud un poco antimainstream como Will Oldham, Sebadoh, Joanna Newsom, Smog, Songs Ohia o Elliott Smith, héroes de culto que rehuían todo lo que no tuviera que ver exclusivamente con las canciones, idealistas y libres hasta cierto punto.

Pero opté escribir por Berman ya que le debo tanto a tal grado de que me ha sacado de unos lugares donde sencillamente no es grato pasar tiempo a solas. 

No es difícil saber si el último disco fue planeado como una despedida, una carta y los últimos gritos de dolor de alguien que ha estado sufriendo toda la vida. Las señales, al fin y al cabo, estuvieron a lo largo de toda su carrera musical, tanto de poemas como discursos y es más que cierto que en su último disco esos gritos y sollozos se volvieron más intensos. Y aún con todo el dolor y armonías oníricas de susurros y llantos que guardan sus letras, Purple Mountains es desde lo musical su disco más accesible y probablemente el ideal para sumergirse en su obra. 

La obra lúcida y reconfortante de un artista que supo plantarse con dignidad y que hizo más llevaderos nuestros días practicando con maestría la cálida alquimia de transformar en belleza su dolor.

El Judío

David Berman terminó su vida un 7 de agosto de 2019, se ha suicidado a los 52 años a tres días de empezar la gira con su nuevo proyecto ¨Purple Mountains¨ tras un gran silencio de 10 años. Es inevitable a estas alturas el imaginarse su sufrimiento y aunque sobran palabras para preguntarse el por qué lo hizo o si acaso fue algo impulsivo porque se encontraba tan inmerso en tareas monótonas de promoción y planificación de gira, tareas prosaicas que nos llenan a todos las horas del día y dan muchas veces sentido a la existencia. 

El problema es que él nunca trató de ninguna manera algún tipo de promoción, ni giras, carteles, movimientos, el nunca buscó el éxito y nunca pretendió interpelar a nadie con sus canciones, para él eran formas de mantenerse estable y nunca buscó nada más. Aunque lo hizo indirectamente.

Un ser plateado

David Berman fue los Silver Jews. Al principio eran una banda con Stephen Malkmus y Bob Nostanovich, dos compañeros de la universidad que después se fueron para dedicarse en serio a los exitosísimos Pavement (y Malkmus, luego, a una carrera solista que sigue hasta ahora; a él sí lo vimos de cerca en la sala Zitarrosa, a principios de siglo). Así que Berman quedó más o menos solo con el nombre de la banda y sus grabaciones en baja fidelidad, la declamación cansina y las letras un tanto ocurrentes.

Además de los seis discos de estudio que llevó a cabo con Silver Jews, Berman es también autor de dos libros: Actual Air y The Portable February.

Berman es, sobre todo, ese verso genial que escuchas en un sólo párrafo de la canción completa. “En 1984 me internaron por aproximarme a la perfección” (no, en inglés no suena mejor; es puro significado). Ese verso abre “Random Rules”, el primer tema del gran disco American Waters, de 1998.

Tiene tantos destellos de genialidad y un significado vago, incierto, soez, inquietante, y sobre todo, personal. A diferencia de Bob Dylan –perdonen la referencia pero es inevitable en esto de los poetas beat–, Berman armó una identidad definida en lugar de la voz homérica, casi suprahumana del Nobel de Literatura.

Berman es alguien que padece y a la vez es ingenioso. “Random Rules”, por caso, dispara por lo menos dos significados: puede querer decir “reglas azarosas” o “el azar manda” (el contexto lleva siempre al segundo mientras la letra al primero).

El abogado del diablo

Berman tenía problemas, con el alcohol, adicciones y depresión pero sobre todo una gran lista de problemas con su padre: Richard Berman, también conocido como Mr. Evil, es un abogado y lobista de esos wannabe WallStreet afincado en Washington de estrecha relación con las más altas esferas republicanas, quien a través de diferentes organizaciones financiadas por grandes corporaciones lideró violentas campañas contra candidatos demócratas, sindicatos gremiales, el sistema de salud pública, fundaciones por las leyes antitabaco y grupos contra la obesidad infantil y el maltrato industrial de animales. 

"El trabajo de mi padre revolucionó las políticas republicanas y las hizo mucho más agresivas. Conviví con eso desde chico, así que todo ese tema me afecta de manera personal: me cuesta mucho separar mi crianza de lo que veo en la televisión", expresó Berman en una entrevista radial. En aquella carta de 2009 había escrito: “Mi padre es un explotador. Un canalla. Un hijo de puta histórico. Hace años demandé que si no cerraba sus compañías terminaría con nuestra relación, pero no solo se negó sino que se ha vuelto peor. Más diabólico. Más poderoso”.

Más que nada, Berman siempre trató de expresar a las entrevistas que pude escuchar y leer que el no tenía nada personal con su padre, el tenía problemas con las cosas que hacía y no con las persona que las hacía.

Toda mi felicidad se ha ido

Pasaron los años y al ver y escuchar esa canción Darkness and Cold ¨el amor de mi vida va a salir esta noche, con alguien que acaba de conocer¨ las letras dejan ver la luz y en 2018 se separa de su mujer tras 20 años de relación y el detonante crudo es que su madre fallece de cáncer. Nunca sabremos cuál fue el motivo último que le llevó a quitarse la vida. Sin embargo a través de su último disco sabemos que no estaba demasiado bien y se puede ver en canciones como

That’s Just the Way I Feel ¨Bueno, no me gusta hablar conmigo mismo/Pero alguien tiene que decirlo, demonios... quiero decir, las cosas no han ido bien y esta vez creo que finalmente me jodí/Verás, la vida que vivo es repugnante¨

All my Happiness is Gone ¨Donde no pasa nada y nadie pregunta, pero el miedo es tan fuerte que te deja sin aliento, No hay forma de durar aquí así por mucho tiempo/ Toda mi felicidad se ha ido/Todo se fue a algún lado más allá¨

Snow is Falling in Manhattan (una de mis favoritas) ¨La nieve está cayendo en Manhattan, y dentro tengo un fuego crepitando, en el sofá, debajo de un afgano eres el viejo amigo que acabo de tomar y parece ser que esta va a ser una mala noche¨

She’s Making Friends, I’m Turning Stranger ¨Ella está haciendo amigos, me estoy volviendo extraño, la gente de su lado no pudo hacerlo más claro y a veces desearía que nunca hubiéramos venido aquí viendo como me tienen en tal desdén aquí¨

Entre otras canciones que si prestas atención a ciertas palabras homónimas nos dejó una dolorosa nota de despedida, un puñado de canciones eternas y mucha pena por no poder escuchar más poemas, letras y canciones de él. 

Gracias Totales, David.







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Fernando Arellano