Lado ¨bueno¨ de las cosas.

No es mala cosa iniciar otra noche de letras con ¨The Sky is Crying¨ cantada por el mismísimo Gary ¨B.B¨ Coleman. Son de esas canciones que te atrapan y dan sentido a la belleza de las cosas cotidianas, no todo siempre va a ser color de rosa. La vida está llena de pequeñas satisfacciones que si las conjuntaras dan sentido a nuestra existencia.  Siempre buscamos la felicidad como un todo cuando en realidad se nos viene y se nos va en pequeñas dosis.

Ser feliz es un estado transitorio y ocasional sujeto al difuso campo de las emociones y a las circunstancias personales de cada uno(lamentablemente no para todos).

Las cosas tienen un lado bueno al que muchas veces dejamos escapar por no saber atraparlo a tiempo. Aveces el el desorden que cantaba Ian Curtis en Joy Division. Decía un dicho muy antiguo: “Disfruta de lo bueno que lo malo aparece sin llamarlo”.

Dicen que lo importante cuando ya pertenezcas al reino de los eternos ausentes es que los demás consideren que el impacto de tu vida ha sido positivo, pero cómo hacerlo si eres negatividad completa(en mi caso) Compartir tu felicidad con los demás se me antoja como algo fundamental.

Un egoísta o un ambicioso nunca podrán ser felices...(pensándolo bien, conozco algunos que viven con la sonrisa de oreja a oreja). Les ciega por encima de otras consideraciones la ambición del poder y el delirio de las pertenencias no necesarias.

La lectura de un buen libro, una buena película u obra de teatro, una buena canción, un cigarrillo(ya no más, gracias a dios) una copa con un amigo con el que te sientes seguro o coger conversaciones interesantes se me representa como el delirio de de la Gloria en el día.

En definitiva saber apreciar, en su justa medida, cuanto la vida nos ofrece de bueno en los pequeños placeres cotidianos.

Con la brevedad de un repartidor de cualquier paquete o carta, siente el gozo llama a tu puerta esperando a que abra y siempre se termina marchando cuando le firmas el acuse de recibo. Por eso es tan importante saber gozar de cuantos momentos de felicidad nos convoquen y reclamen.

Vivir por aquellos que ya no pueden hacerlo... Combinar la capacidad de soñar con la de pensar. Ser algo más que una sucesión de pitidos en la caja de un oxxo “¿Desea donar los centavos?”  o estar en un cajero automático batallando por sacar 200 pesos.

Aunque tengo ya mucho sin estar de bohemio y mi sonrisa ha muerto hace ya muchos años los bohemios soñadores en noches de luna llena y luchadores decentes están en busca del jornal de la subsistencia. Querer y que te quieran como la gran aspiración de esto a lo que llaman ¨vida¨.

Las luces del amanecer alumbrando tenuemente las ventanas de aquel consejo frío y blanco. Tomando un paraguas resguardando mis emociones con temor a la animadversión.

Confiando en que, al final, encontraré a alguien en la ¨última playa¨, disfrutando cada día con odio.  En definitiva, disfrutar el lado bueno de todas las cosas.









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Fernando Arellano